martes, 15 de diciembre de 2009

Los mitos del reeleccionismo legislativo


La discusión en torno a la posibilidad de establecer la reelección legislativa en México pierde de vista en un hecho sustancial: en todo el mundo existe un grave y creciente problema de representatividad que consiste en que los ciudadanos se sienten poco o mal representados por sus diputados y senadores , y este fenómeno ocurre a nivel mundial sin que la dichosa reelección legislativa haya coadyuvado a detenerlo. ¿Saben algo los panegiristas de la reelección legislativa en México las razones de la indiscutible y creciente crisis de representatividad mundial? ¿Se preguntan ellos las razones de por qué este problema prevalece en países donde los ciudadanos pueden reelegir a sus representantes?


Una de las más entusiastas defensoras de la reelección legislativa -quien también, paradójicamente, es una de las campeonas del anulismo electoral (¡!!¡¡¡???¿¿¿)-, la señora Denise Dresser, publicó un artículo donde pretende desmontar lo que ella llama “mitos urbanos de la no reelección”. La mayoría de sus “mitos urbanos antireeleccionistas” me parecen una vacilada, y más bien lo que termina por hacer esta furibunda campeona de las causas ciudadanas es defender al reeleccionismo esgrimiendo dos verdaderos mitos que sencillamente no se ven confirmados en la experiencia legislativa de las naciones donde se reeligen a los diputados, y son: 1.- que la reelección obliga a los representantes a acatar más a lo que dicen los ciudadanos que a lo que dictan los partidos y 2.- la reelección provoca la profesionalización de los legisladores.
Me parece que, como siempre sucede en México, quienes están involucrados en la discusión del tema desprecian experiencia internacional o sobrevaloran la muy sui generis experiencia norteamericana. Por eso me atrevo a preguntarle a Dresser y a otros defensores de la reelección legislativa (Fernando Dworak, uno de los más serios, autor, además de estupendas sinfonías y de música de cámara exquisita) qué nos pueden decir de estos temas de acuerdo la experiencia internacional que, seguramente, tan bien conocen y tanto han estudiado
Pregunto:


1.- ¿Por qué la reelección legislativa no ha servido para reducir la crisis de representatividad y el desmedido descrédito de los parlamento a nivel mundial? Existe, ustedes lo saben. Por eso también hay cándidos analistas en democracias tan avanzadas como Francia, Alemania, naciones escandinavas, etc.


2.- Ustedes saben perfectamente bien que en los parlamentos nacionales se discuten temas de alcance nacional e internacional que poco tienen que ver con los temas a nivel local. Los partidos, pese a todos sus defectos, tienen la función precisamente de presentar alternativas, propuestas e ideas de carácter integral que atienden las necesidades del gran conglomerado nacional. El llamado “compromiso con el pueblo que los eligió” tiene, por lo tanto, muy poco que ver con los renglones locales. Su deber, repito, su deber, es suscribir visones globales y de largo plazo y, hasta la feche, donde mejor se suscriben estos postulados generales son en los idearios políticos de un partido. Los diputados y senadores en Parlamentos nacionales abordan problemas sociales, económicos y políticos que incumben a la población de un país en su totalidad, por lo que la visión parcial de un distrito en particular no basta para desarrollar un buen trabajo. Por eso, ¿No están sobrevalorando la presunta relación representados/representantes cuando de lo que se trata es de abordar temas que rebasan las necesidades de un distrito determinado? En países con reelección legislativa en distritos uninominales donde funcionan sistemas de partidos verticales, como Reino Unido o Alemania, ¿De verdad los diputados escuchan más a su distrito que a su partido en el momento de votar leyes de carácter nacional?

3.- Ustedes dicen que la reelección comprometería a los representantes más con las “agendas ciudadanas que con los partidos” pero la verdad es que en los sistemas de partidos llamados verticales (España, Reino Unido, Alemania y un largo etcétera) los partidos siempre tienen forma de disciplinar a los diputados rebeldes. Peores cosas pasan en Estados Unidos, donde los partidos son laxos y horizontales y no existe la disciplina rígida de voto en los parlamentos. Ahí la excesiva dependencia de los representantes ante los intereses locales ha redundado en la prevalencia de visiones parciales y localistas que muchas veces han sido perjudiciales tanto para el desarrollo de las políticas de alcance nacional como para la posición internacional de la que, casualmente, es la principal potencia mundial. ¿De verdad en las naciones con sistemas de partidos tradicionales los diputados han encontrado más incentivos para, eventualmente, revelarse a las instancias partidistas en nombre de sus ciudadanos representados? Tengo entendido que estas rebeldías son las excepciones (y no siempre por las mejores razones, por cierto)

Más grave todavía: los miembros del Congreso estadounidense dependen para costear sus cada vez más onerosas campañas de los intereses corporativos que las pagan, y es por lo tanto a estos intereses corporativos a quienes responden y a ninguna “agenda ciudadana”. ¡Qué nos permite pensar que en México los diputados que puedan reelegirse exclusivamente gracias al apoyo de intereses corporativos (sindicatos, empresas tipo televisa o Telmex, banqueros y un largo etc.) atenderán más a los ciudadanos de a pie que a quienes tienen la capacidad de sufragar sus campañas? No amigos, algo me dice que será todo lo contrario. Con menos disciplina de partido, las televisas, las Elbas Estheres y los Slim de este mundo (del narco, ni hablar) tendrán mucha mayor capacidad s para controlar (comprar) a los diputallios. ¿De verdad no lo ven?

4.- Otro mito de los reelecionistas es la dichosa “profesionalización”. Ustedes, que han de conocer muy bien como funcionan los parlamentos de otras democracias, aclárenos: ¿Es verdad que siempre es una minoría muy reducida de diputados la que elabora, discute y propone las leyes? ¿Son contados los representantes que intervienen, exponen y plantean? Abundan los estudias que confirman la mayoría de los representantes, los llamados backbenchers, se limita a levantar el dedito a la hora de aprobar o rechazar alguna iniciativa. ¡Y hay muchísimos casos de representantes que se pasan décadas sin hacer otra cosa que levantar el dedo! Entonces ¿Cuál profesionalización? ¿De qué manera concreta, de acuerdo a la experiencia del mundo real, se comprueba que a más años de un diputado ocupando su escaño es mayor su capacidad como Legislador?


No amigos, la reelección legislativa no es mala, de hecho puede ser útil, pero hagan el favor de dejar de vendérnosla como su fuera la gran panacea.

3 comentarios:

JHT dijo...

Has expuesto con precisión todo un argumento, pero lo mejor es tu descripción de la Dresser.

Anónimo dijo...

De hueva

Anónimo dijo...

Bah!