sábado, 4 de julio de 2009

"Derrotaré Argüello y me retiraré"


“Derrotaré a Argüello y me retiraré” fue la jactanciosa y falaz declaración del Púas previo a la pelea histórica que sostuvo con Alexis Argüello aquel 23 de noviembre de 1974 en el Forum de Los Ángeles (¿te acuerdas Toño?). Yo cursaba la primaria y todos en la escuela estábamos seguros de que nuestro ídolo no nos fallaría y noquearía sin problema al chavito nicaragüense. Y así parecía que sería hasta el doceavo round. Arguello no había enseñado nada frente al pundonor y veteranía de nuestro alegre campeón, pero fue en el fatídico episodio 13 cuando le falló la condición física al tepiteño. Confiado, no entrenó como debía pese a los constantes regaños de Pancho Rosales, su manager.

“Pinche Púas, ya ponte a trabajar, cabrón, te vaya a ganar el chavo”, le dijo Rosales, a lo que el Puás replicó, “yaaaa, ni que el bato juera el Chavo del 8”. Rubén se descuidó y le dedicó más tiempo a las viejas, el alcohol y la vacilada que a entrenar. “Pulque y marihuana, lo mejor que nos dio Dios” comentó alguna vez, y para responder a las críticas de la prensa deportiva, que siempre explotó las parrandas del Púas para vender sus porquerías, declaró aquello de su presunto retiro después de su inminente victoria. “A güevo no lo pensaba cumplir, pero era pa´callarles el hocico a la prensa (sic) y pa’ ponerle más sabor al caldo de la madriza”, aclaró Púas después de su ignominiosa derrota.

Así fue que, cansado el sensacional Púas, Argüello lo agarró mal parado en el 13 y le cruzó una combinación letal de jabs que mandó al ídolo a la lona. Se levantó solo para recibir un cruzado de la izquierda. De ese madrazo el Púas ya no pudo reponerse.

“Qué bueno que le pegaron a ese mequetrefe”, exclamó mi estricto padre cuando leyó la noticia en el Excélsior (todavía el de Scherer), que odiaba a mi ídolo por borracho, naco e irresponsable. “Yaaaa, que no sea pa’ tanto”, pensé yo. Al día siguiente, sus seguidores más fieles nos reunimos en el recreo para clamar "Púas, Púas, Púas, Púas". Para Rubén Olivares esa derrota marcó el comienzo de un largo y ominoso declive. ¡Hasta Garibay hizo escarnio de él!

La versión oficial dice que Argüello se suicidó. Ni el Púas se la cree. Lo cierto es que, bruto como era el máximo héroe nacional nica, siempre fue manipulado por el poder. Lo fue en su momento por tachito Somoza, que lo nombró “teniente honorario” de su sanguinaria Guardia Nacional, y, por último, lo fue por el inescrupuloso sátrapa Daniel Ortega lo sumó a “su” sandinismo para hacerlo alcalde de Managua mediante un flagrante fraude electoral para manejarlo a su gusto Murió en medio de intrigas de corrupción, descalificado como alcalde espurio por los opositores al régimen de Ortega y, quiero suponer, harto de ser cómplice involuntario del mal gobierno que atosiga a la pobre Nicaragua.

1 comentario:

JHT dijo...

¿Qué tal se las discute Ortega, eh? Gran crónica del Púas. Yo un día lo encontré en un restaurante con una suripanta que daba miedo, pero su sonrisa y su carisma estaban intactos.