Julián Bazaldúa, uno de los más entrañables lectores de este blog, me reclama, con razón, que le dediqué tanto tiempo a la infecta política nacional en lugar de preocuparme por los asuntos que verdaderamente debería privilegiar un satirista, y me pone el ejemplo de la gallarda posición del célebre pornografo Larry Flint como un tema prioritario para un Oso que también tiene algo de pornógrafo amateur. Y es que el mítico Flynt, cuya magnífica carrera no conoce forma alguna de pundonor, ha exigido al Gobierno norteamericano que le eche una mano para hacer frente a una recesión financiera que está sufriendo en carne propia. Larry, qien ha visitado una y otra vez los tribunales acusado de escándalo público, se ha puesto a la altura de los planes multimillonarios de rescate y exige su parte del botín. Para ello, el fundador de la revista Hustler se ha aliado a Joe Francis, que está al frente de Girls Gone Wild con el fin de presentar una petición conjunta al Secretario del Tesoro, Henry Paulson, para que les inyecte (así dijeron estos pornógrafos) dinero como ha hecho con el plan de 700,000 millones de dólares con las entidades bancarias.
Juntos reclaman una "inyección" de 5,000 millones de dólares con la que esperan revitalizar su mercado, una industria que mueve al año 13,000 millones de dólares. "Merecemos la misma consideración que otros negocios. En los momentos económicos duros, los estadounidenses se apoyan en el entretenimiento. Y la gente cada vez más y más apuesta por el de contenido adulto", fueron los impecables argumentos esgrimidos por Francis. Flynt, en su habitual tono vacilador, asegura que "con toda la miseria económica y la gente perdiendo su dinero, el sexo es la cuestión más alejada de sus mentes, por eso ha llegado el momento del Congreso rejuvenezca el apetito sexual de América". Sin embargo, y desde un punto de vista meramente economicista, lo que, reconozco, es de hueva, habría que analizar buien las cosas. La crisis de las revistas porno no se debe tanto al crack financiero, sino a que la industria editorial está en bancarrota global. Revistas y periódicos se hayan en graves poblemas pordoquier. Por ejemplo, los directores de cine erótico, lejos de quejarse, reconocen que su negocio se consolida, aunque les preocupa las descargas ilegales en internet, alrededor de 150,000 y 200,000 cada día.
Los líderes de las asociaciones en contra de la industria pornográfica se apresuraron en exigir que no se tome esta petición en serio (¡Cómo si alguien hubiese tenido la peregrina idea de tomar en serio lo que, obviamente, es una charada de los pronógrafos! ¡De verdad que los moralinos son idiotas!). Incluso un tal Brad Sherman acusó a estos dos prohombres de utilizar "la actual crisis económica para lanzar una inmoral campaña de comunicación". ¡Vaya genial conclusión! El -a esta hora- ex secretario del Tesoro Paulson tuvo mucho menos escrúpulos mojigatos al comentar en privado la petición pornógrafa , "a estos dos lo que les voy a inyectar es otra cosa", dicen que dijo, dijeron. Así pues, malos tiempos para la lírica, pero también para la líbido.
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