Ya no es un misterio: de lejos China tendrá la mayor economía del mundo en 2030, pero lo sorprendente es su envergadura (sin albur), ya quie será un 50% más grande que la número dos, Estados Unidos, y el doble de India, que se ubicará en el tercer lugar. El triángulo dominante actual, EE.UU., Japón y Alemania, será reemplazado por cinco superpoderes asiáticos: China, India, Japón, Corea e Indonesia. ¡Asia nos va a tragar!
Todo esto según un estudio que acaba de dar a conocer el Foro Económico Mundial y Roland and Berger Strategy.
India tendrá el mayor crecimiento (272% en 23 años), seguido de China (243%) e Indonesia (199%). Entre las regiones industrializadas, Estados Unidos seguirá siendo la más grande, con Europa y Japón bastante más atrás. El intercambio comercial crecerá dramáticamente: las exportaciones irán de los 13,6 billones de dólares actuales a los 50,5.
Una de cada cuatro persona será islamista. Hoy, el 85,8% de la población adhiere a alguna religión, cifra que llegará a 88,1% en 2030. ¿Increíble que el mundo siga esclavo de falacias tras soglos de racionalismo! El cristianismo se llevará un tercio; un cuarto el Islam y el hinduismo se ubicará en tercer lugar. Pero la religión que más rápido crecerá será el Islam. ¿Aumentará con ello el radicalismo o presenciaremois una especie de "renacimiento en el Islam que lo modere un poco=?La apuesta es por lo, primero, lamentablemente.
Pero hay que hacer notr que la religión sufrirá movimientos geográficos. El cristianismo y el budismo aumentarán en China conforme declina el marxismo, así como en la católica América Latina se incrementarán los evangélicos.
En dos décadas, la mayoría de los medios convergirán hacia la plataforma Internet (y la televisión interactiva). Las personas ocuparán más horas en la red y crecerá como soporte publicitario. Internet será accesible casi en cualquier punto de la Tierra, pero los contenidos de primer nivel serán reducidos a suscriptores, es decir, habrá más control de parte de los proveedores de la información.
La interactividad aumentará, igual que la tendencia a que el usuario arme su propio paquete de contenidos para sí mismo o para otros. Debido al superávit de información, la gente demandará crecientemente entretenimiento. Hacia 2030, unos pocos conglomerados cubrirán todo el planeta.
En 23 años, los voluntarios de ONG, los clubes sociales y deportivos, las organizaciones de caridad y religiosas, y los grupos medioambientales crecerán rápidamente. La filantropía se convertirá en una fuerza económica protagónica. Eta es una de las mejores noticias, ya que nos habla de sociedades más despiertas (y, esperemos, abiertas). y Estados menos omnipresentes.
Las organizaciones de recolección de fondos y de beneficencia se profesionalizarán y la sociedad les exigirá mayor rigor, mejores resultados y claridad en el impacto social. Paralelamente, surgirá una nueva generación de donantes que tendrá gran influencia social y que, como Bill Gates o George Soros, coparán la agenda internacional.
En 20 años la expectativa de vida habrá subido de 67,3 años a 72,2 años. Japón seguirá a la delantera con 85,7; la población mundial mayor de 80 años será el triple y el 60% vivirá en Asia.
Aquellos países cuya expectativa de vida ha caído en las últimas décadas debido al sida (Bostwana, Sudáfrica, Zimbabwe) se recuperarán.
Las mujeres seguirán viviendo más años que los hombres, pero la vida de los hombres segurirá siendo mmás divertida. la brecha se estrechará con una diferencia que irá entre 4 y 6 años.
Respecto de las tasas de fertilidad, hoy las más altas se encuentran en el grupo de mujeres entre 20 y 24 años. Para el 2030, en cambio, se espera que el grupo de entre 25 y 29 años sea el más fértil. Las tasas de fertilidad de mujeres menores de 20 y mayores de 40 declinarán en casi todas las regiones del mundo.
El 70% de las muertes se producirán por enfermedades no transmisibles, como cáncer, problemas cardíacos y diabetes. El mayor incremento se verá en cáncer (de 7,8 millones anuales a 10,8) y sida (de 2,8 millones a 6,4). También las muertes por accidentes aumentarán (especialmente los de tránsito), mientras que las enfermedades infecciosas, como malaria y tuberculosis van a reducirse debido al mayor acceso a vacunas. Los problemas pulmonares y los males respiratorios crónicos tomarán relevancia como causales de mortalidad, y el cigarrillo matará 8,3 millones de personas en 2030, versus los 5 millones actuales. ¿Síganle con sus pitillos! Se reducirá la mortalidad infantil de 51 por cada mil niños a 27.
La lista de las principales enfermedades será completamente distinta en 2030. El sida ocupará el primer lugar, seguido de la depresión (sí, la depresión como pandemia) y los problemas cardíacos. El alzheimer y otras demencias y el alcoholismo también subirán (a chupar y a vacilar). El cigarrillo, las dietas ricas en calorías y el sedentarismo se volverán factores de (aún más) riesgo. Los avances en el estudio del genoma harán que las medicinas sean cada vez más personalizadas y eficientes y que el genotipo influya más que la información clínica a la hora de elegir un medicamento. Todo esto, a pesar de Bush Jr. y los obtusos fundamentalistas cristianos del Partido Republcano.
Entre las novedades, las principales serán las drogas para aliviar los dolores neuropáticos, la hipertensión, el cáncer de estómago y la diabetes. Se crearán vacunas contra la leucemia infantil y la malaria y otras que reforzarán el sistema inmunológico contra la diabetes tipo 1, la esclerosis múltiple y la artritis.
Los laboratorios portátiles del tamaño de una tarjeta de crédito que identifican virus y bacterias con una gota de sangre, la radiación T-Ray que revolucionará las imágenes en 3D y los screening que permiten ver la densidad de los tejidos son los descubrimientos más prometedores, junto con el instrumental que trabaja con nanotecnología.
Paralelamente, las terapias complementarias tendrán más seguidores en Occidente, sobre todo la medicina china. Se verá reforzado por la tendencia creciente de que los mismos pacientes decidan a qué tratamiento quieren someterse. Se ofrecerán la medicina alópata y la complementaria en paralelo, y se hará común el "turismo de salud" para buscar la terapia en origen.
El número de desnutridos -esto es, que consumen menos de 2.100 calorías diarias- bajará de los actuales 710 millones a 460 millones. Esto se refiere a los alimentos. Los desnutridos mentales y los del espíritu seguirán igual, muy pobablemente. Hoy, los países con mayores tasas de desnutrición son el África subsahariana, India, China, Bangladesh y el Congo. El consumo per cápita de calorías pasará de 2,870 a 3,040 y el mayor aumento se dará en las economías de transición. Sin embargo, ese incremento vendrá de la mano de cambios en las dietas. En los países en desarrollo, la carne, la leche, los huevos, los aceites vegetales y el azúcar se volverán importantes como fuentes calóricas. Si hoy esos grupos de alimentos proveen el 29% del consumo total (en los desarrollados llega al 48%), para 2030 será el 35%.
Un 15% de la población mundial pertenecerá a la clase media (hoy es el 5,9%). La mitad de ellos vivirá en el Asia del Este y en el Asia Pacífico. Este grupo participará activamente en el mercado global, demandando productos de clase mundial y aspirando a estándares de educación de nivel internacional. Podrán comprar automóviles, bienes durables y viajes al extranjero. Así que más calentamiento global.
A pesar del crecimiento de población, la pobreza va a bajar significativamente. Pero habrá grandes diferencias regionales: mientras en Asia se reducirá en términos relativos y absolutos, en África casi no variará. El África subsahariana tendrá el 55% del 10% más pobre de la población mundial (hoy el récord lo tiene Asia). La principal causa de desigualdad en los países estará en la brecha entre los trabajadores calificados y los no. En las próximas décadas, la mala distribución crecerá en dos tercios, creando a su paso tensiones sociales. Aún así, se espera que la desigualdad en Latinoamérica disminuya.
La inmigración será el gran tema del siglo XXI. Hoy, el 61% de los inmigrantes viven en naciones industrializadas, y este fenómeno seguirá aumentando (también el de los desplazados), liderado por grandes alzas en Europa y en Norteamérica (sólo USA recibe al 20% de los inmigrantes del mundo). Otra tendencia de la inmigración en el futuro es que las mujeres cada vez más partirán solas, y ya no siguiendo a sus esposos, sino en busca de mejores oportunidades, pero convirtiéndose en blancos de vulnerabilidad ante abusos. En los países en desarrollo, las mujeres inmigrantes superarán en número a los hombres.
La tendencia es evidente: vamos hacia un mayor respeto por las minorías. En los próximos años, un nuevo factor contribuirá a la mejor adaptación de los discapacitados: dada la escasez de fuerza de trabajo, se transformarán en un recurso fundamental. Algo muy similar ocurrirá con todas las minorías -étnicas, sexuales, religiosas- ya que las empresas necesitarán de su acervo cultural para adaptarse a la demanda de mercados diversos.
En promedio, en el mundo hoy hay un profesor por cada 21 alumnos a nivel escolar, y se espera que mejore de aquí al 2030. El número total de profesores aumentará, pero siguiendo las tendencias de crecimiento demográfico, sólo moderadamente y de manera diversa. África, por ejemplo, necesitará más maestros, porque sus escolares de entre 5 y 14 años aumentarán en cerca de 103 millones. Los estudiantes de Estados Unidos y Canadá también aumentarán en 3 millones. En el resto del mundo la cosa será distinta: el número de escolares bajará en Europa (-11 millones), Latinoamérica (-6 millones), China (-26 millones) e India (-13 millones). Este fenómeno provee la oportunidad de mejorar la calidad de la educación, porque permitiría invertir más recursos por profesor y por alumno.
Los gastos en defensa, en 2030, serán el doble que los actuales, encabezados por Estados Unidos, mientras el mayor salto en términos de poder militar lo protagonizarán China e India. Ellos son hoy los principales importadores de armas, pero en las próximas décadas se convertirán en los principales exportadores.
Se espera que aumenten las guerras civiles y los conflictos entre estados y terroristas, lo que provocará desplazamientos y refugiados. En tanto, y aunque el pronóstico es que disminuyan, las guerras entre dos o más países se producirán a causa de los recursos naturales y, obviamente, serán más tecnologizadas y letales. Censores y dispositivos implantados en los cuerpos ayudarán a mejorar el rendimiento físico o a combatir guerras biológicas, y la cyber guerra se hará realidad. Los principales desafíos a la seguridad provendrán de un terrorismo mucho más sofisticado. También de la proliferación de armas de destrucción masiva, los conflictos étnicos, nuevas formas de nacionalismo, ataques informáticos, pandemias, migraciones masivas y peligros medioambientales. Hacia 2030, soldados mercenarios apoyarán aaún más a ejércitos tradicionales y, en algunos casos, reemplazarán a las fuerzas armadas institucionalizadas. Ese tipo de milicia es una industria de U$S 100 billones al año, con altas expectativas de crecer.
Además, habrá un incremento en el riesgo de proliferación de armas de destrucción masiva (nucleares, biológicas, químicas y radiológicas). A los ocho países que han declarado tener armas nucleares y que, además, las han probado (China, Rusia, Estados Unidos, Francia, India, Pakistán, Reino Unido y Corea del Norte), se podrían sumar Irán, Israel (aunque es un secreto a voces que ya la tiene) Libia y Siria en el ítem armas biológicas para 2015. También se espera que actores de fuera de los gobiernos logren conseguir armas de destrucción masiva, lo que hará cada vez más difícil su control.
La temperatura subirá entre 0,5 y 1,5 grados Celsius de aquí a 2030. Mientras, el nivel de los océanos se elevará entre 6 y 11 centímetros como consecuencia del calentamiento global. Veremos más tormentas, ciclones, tornados y huracanes, severas sequías e inundaciones frecuentes. La destrucción de los ecosistemas seguirá y habrá menos especies sobre la Tierra. El creciente uso del suelo y el cambio climático producirán la extinción de entre 21% y 24% de los organismos en Asia, y entre 16% y 35% en África. Los mamíferos y las aves desaparecerán a una velocidad cien veces mayor que la de la naturaleza.
Pero mientras hoy hay más de 100 mil áreas protegidas alrededor del mundo, lo que equivale al 12 por ciento de la superficie terrestre, se espera que en las próximas dos décadas se multipliquen los esfuerzos de protección y que la legislación se haga mucho más estricta, tanto a nivel nacional como global. Instancias como el Protocolo de Kyoto y nuevos actores -científicos, ONG, corporaciones- se harán más influyentes en el tema y la ecuación producción-daño ambiental será una de las más relevantes a la hora de evaluar un negocio. Para 2030 será difícil encontrar en un supermercado un producto que no esté certificado como "amigable con el medio ambiente". Además, se crearán nuevos incentivos monetarios y el intercambio de bonos ambientales será usual.
A su vez, la demanda por agua de uso agrícola, industrial y doméstico crecerá un 16% en las próximas dos décadas, en particular en los países en desarrollo, lo que se sumará a las crecientes sequías que se vivirán en Medio Oriente, el Magreb, norte de China y algunos sectores de India y Sudáfrica. Además, como el 40% de la humanidad vive alrededor de las 260 principales cuencas del mundo, el agua se transformará en foco de conflicto, dado el aumento de la demanda. Esto se hará especialmente patente en China, India, Irán y Pakistán, que necesitan gran cantidad para la agricultura.
Dado el crecimiento de la población y la consecuente necesidad de alimentos, cada día veremos más tierras deforestadas para convertirse en terrenos cultivables.
Las familia no sólo estará compuesta por sus padres e hijos; también, por los integrantes de sus comunidades e, incluso, de sus redes virtuales. Estos miembros tendrán la misma importancia, y así, el tiempo que dedicará a su familia nuclear será mucho más escaso. Habrá "comida inteligente, que ya no sólo le quitará el hambre o la sed; además, yudarán a la gente a quedarse dormido, a concentrarse más o a mejorar su sistema digestivo. No pasará más de 5 a 8 horas a la semana en la oficina, porque desde cualquier lugar del planeta, incluso, arriba de un avión, podrá acceder a ésta. La mayoría de las reuniones serán virtuales. No verle la jeta a diario al jefe. Quizá esta es la mejor noticia