La
lamentable e inusitada muerte de Chucho Benítez en Qatar (sí, con “Q”, ¡toma
esa, RAE!) complica el escándalo internacional que estalló hace unos años con
la sorpresiva y muy sospechosa designación por parte de la FIFA de este
próspero estado del Golfo Pérsico como sede del Campeonato Mundial de Fútbol
para 2022. En efecto, las circunstancias muy poco claras de lo sucedido con el
ex estrella del América, y que pueden deberse a graves negligencias médicas y
algunas cosas quizá peores, seguramente van a dar fuerza a quienes exigen que
las autoridades del futbol mundial corrijan su decisión y le retiren a Qatar el
privilegio de organizar el torneo, para otorgárselo a un país que cuente con
condiciones verdaderamente óptimas.
Lo del
Chucho puede convertirse en un clavo más en el ataúd de las aspiraciones
qataríes de confirmar la sede. A principios de este año, la revista France Football
acusó abiertamente a Qatar de comprar la
votación. “Qatargate”,
tituló el semanario francés este reportaje de 20 páginas en el que denuncia la
participación en el fraude de la FIFA, del gobierno francés de aquel entonces y
en el que habrían participado personalidades como Zinedine Zidane y del presidente
de la UEFA, Michel Platini.
El reportaje
de marras afirma que pocos días antes la reunión de la FIFA en donde de manera
completamente inusual y equívoca se iban
a elegir en una misma sesión dos sedes (para los torneos de 2018 y de 2022) se
celebró una elegante cena en el Palacio del Eliseo, convocada por el a la sazón
presidente galo Nicolas Sarkozy, en el que estuvieron presentes Platini, el
emir de Qatar (el tan feo como rido sheikh Hamad Al Thani) y otros dirigentes
de la FIFA. El compromiso concreto al que supuestamente se arribó en este ágape
fue que a cambio del voto de Platini los qataríes invertirían dinero en el fútbol francés. Y de hecho así ha sido,
con la compra del equipo Paris Saint Germain por la empresa Qatar Sport
Investments. Platini no negó haber acudido a una cena, pero descartó por
completo haber llegado a un acuerdo en torno al Mundial 2022. “Un día fui
invitado por Sarkozy y, ¡zas! también estaba el sheik”, contó el ex astro del fútbol francés para
inmediatamente aclarar “Pero El señor
Sarkozy no me pidió dar mi voto a Qatar, ¿Eh?, No crean, yo voté por Qatar
porque creo que ya es hora de llevar el Mundial a esa parte del mundo”.
Nobles intenciones las de Platini, ¡Qué duda cabe!
Qatar ganó
la concesión del Mundial 2022 gracias al voto de 14 de los 22 miembros del
ejecutivo de la FIFA. Los otros candidatos eran Australia, Japón, Corea del Sur
y Estados Unidos, que era favorito pero sólo recibió ocho votos. Así perdió el
otrora imperio, ¡Cómo cambian los tiempos!
Por supuesto
que en cuanto se supo la noticia de que un país sin tradición futbolística que
cuenta con menos de dos millones de habitantes y donde la temperatura media a
la sombra en los meses de verano (cuando se organizan los mundiales de fútbol)
es de 45 grados a la sombra provocó un alud de críticas en todo el mundo, por
no hablar de sospechas de corrupción, mismas que poco después fomentó aún más el
expresidente de la CONCACAF, un señor de nombre Jack Warner, quien hizo correr
el rumor de que cuatro miembros del comité habían recibido un total de 20 millones de dólares a cambio
de votar por Qatar y hasta dio nombres: el camerunés Issa Hayatou, el
paraguayo Nicolás Leoz, el argentino Julio Grondona y el guatemalteco Rafael
Salguero.
Total, el
escándalo se hizo tan grande que la FIFA ya declaró que no vuelve a pasar, de
ninguna manera, nada de volver a elegir dos sedes para mundiales en un solo día
y además se van a cambiar los sistemas
de votaciones para la designación de futuras sedes de la Copa del
Mundo. “Los próximos Mundiales ya no se
elegirán con el voto de los 25 miembros del Comité Ejecutivo, sino con
el voto de los 209 presidentes de cada
federación de la FIFA. El Comité Ejecutivo se limitará a hacer un filtro para dejar en un máximo de tres países
en los candidatos finales
a organizar un Mundial”, explicó Joseph Blatter, el capo di tutti capi de esa mafia que es la FIFA. Pero todavía está
pendiente que, de veras, la FIFA inicie una investigación que prometió después
de publicado el reportaje Qatargate. Todavía
se está a tiempo para corregir el error y reasignar la sede del mundial 2022.
¡Ojalá!
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