Glenn Beck es un sujeto completamente irritante. Este sujeto se ha convertido en el presentador estrella de Fox News, cadena de televisión creada por el magnate Rupert Murdoch, el rey indiscutible de la prensa amarillista en el mundo angloparlante. Su estilo es altamente provocador y se vale de mentiras, exageraciones y verdades a medias para exaltar los ánimos de sus oyentes. Explota sin asomo de escrúpulo los prejuicios más bajunos de la gente para hacer llegar su mensaje de odio. Por otra parte, no se puede negar que posee un humor ácido sumamente disfrutable para quienes nos gusta el arte del sarcasmo. Tiene escuela de buen comediante. Claro, le falta la categoría de un Bill Maher o de los humoristas de The Onion. Es demasiado vulgar y anti intelectual, ya que su público es ese “americano medio” tan estúpido y pedestre (Homero Simpson). Pero no deja de ser gracioso, siempre y cuando no se le tome en serio.
Y es que ese es el secreto que uno debe seguir con Beck esos fanáticos que, haciendo uso de su inalienable libertad de expresión, despotrican blandiendo ideas ultraconservadoras y chauvinistas en Estados Unidos: no tomarlos en serio y limitarse a verlos como los payasos que son. Se necesita ser muy, pero muy poco inteligente para creer a pie juntillas lo que estos fulanos tan chistosos dicen en la radio o la TV. Claro, hay millones de gringos que toman todo lo que dicen estros locutores como verdades reveladas, pero ese es su problema. Lo importante aquí es que se trata de la libertad de expresión y todo el mundo tiene derecho a externas sus opiniones por muy ofensivas, estúpidas, falsas, o radicales que parezcan.
Por eso Obama cometió una estupidez a declararle la guerra a la molesta cadena Fox. La semana pasada Anita Dunn, jefa de comunicación d la Casa Blanca , ha dicho que la Casa Blanca dejará de tratar a Fox News como un medio informativo. A partir de ahora lo tratará como un órgano político y los colaboradores del presidente dejaran de atender los llamados de esta cadena para entrevistas o cualquier tipo de colaboración.
Beck se ha hecho famoso apenas recientemente. El año pasado llamó mucho en México la atención la forma grosera (pero que no deja de tener gracia) en la que rebatió unas declaraciones de protesta del presidente Calderón en torno al trato a los migrantes mexicanos (ver video). Ahora es el principal instigador del movimiento anti-Obama que ha buscado demostrar que el presidente no nació en Estados Unidos, que se opone a la reforma sanitaria y que ve una enorme conspiración en cada paso que da la CasaBlanca o los “liberales” del Partido Demócrata. Todo un payaso que, repito, se disfruta si no se le toma en serio. Obama ya cometió el error de tomarlo en serio y lo único que logtrará es hacer más famoso a este fanatiquillo.
Beck no es el único, desde luego. Hay toda una pléyade de comentaristas ultra conservadores que se dedican a desacreditar al presidente, unos con menos gracias que otros: Bill O'Reilly, Ann Coulter, Rush Limbough, Sean Hannity y un muy largo etc. Como también, y esto es importante subrayarlo, hay una extensa cantidad de locutores y opinadores progres que igual se valen de mentiras y exageraciones para criticar y desacreditar a los republicanos y que, por ejemplo, acusaron una y otra vez a Bush Jr. De haber planeado él mismo los atentados del 11 de septiembre para beneficiar a no se que “oscuros intereses capitalistas”. De modo que, a mano, igual de ridículos, irritantes y mentirosos son los opinadores extremistas de uno y otro bando. Quien quiere reírse los oye y no los toma en serio, quien quiera opiniones serias y bien sustentadas las busca en otro lado. Lo demás es libertad de expresión.
miércoles, 28 de octubre de 2009
Glenn Beck, el odioso, gana la partida.
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