miércoles, 9 de enero de 2013

Se nos está yendo el narcisista en jefe


Chávez agoniza, ¡lástima! Su muerte en estos momentos sería una catástrofe para la democracia, porque convertirá su figura en un mito populista casi del tamaño del de Evita. El fantasma de Chavez levitará por siempre sobre las democracias latinoamericanas, es por eso que le deseo sinceramente al comandante una pronta recuperación. Ojalá nos dure un par de años más, cuando la gran farsa de su gobierno quede en evidencia y su régimen sea desacreditado para siempre con él, y sólo él, como responsable de llevar a su revolución bolivariana al desastre en el indefectiblemente que habrá de desembocar. 

 

 

 

 

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