jueves, 13 de septiembre de 2012
El líder se transforma en el pueblo, de ahí que deba sacralizársele, ya que nada es más sagrado que El Pueblo
¡Pero nada más vean con que bella estampa me tope en Facebook, concretamente en las páginas de MORENA Chiapas! Una chulada para mi Historia Mundial de la Megalomanía El sueño del populismo: el Caudillo transmuta en el pueblo y el pueblo en su Caudillo. Esto, por si alguna duda quedaba del carácter netamente populista del movimiento que encabeza el Peje y que ahora será el partido Morena (Lumpenpartei, en alemán). ¡Basta de simulaciones! Yo saludo que el Peje se deslinde del PRD y que exista claramente una opción nacional-populista en México. Faltará ver si el PRD es capaz de convertirse en una alternativa más o menos socialdemócratas. Ojalá.
La idolatría al líder es quientaescencial para que la fórmula populista “funcione.” Como el pueblo y su líder son la misma cosa para el populismo y sus derivaciones, el líder hace lo que el pueblo quiere y el pueblo se lo cree a pies juntillas. No hay más ley que la del pueblo y, por lo tanto, puede cambiarla o violarla cuantas veces se le ocurra, porque lo hace por deseo o pedido del pueblo. Al diablo las instituciones. Únicamente el pueblo es dueño de la verdad, por eso el líder es estridente, monopoliza la palabra y anula toda posibilidad de disidencia. De esta manera el líder se transforma en el pueblo, de ahí que deba sacralizársele, ya que nada es más sagrado que El Pueblo.
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