Claro, podemos considerar "revolucionarios" a estos chavos, pero desde una perspectiva más filosófica. Pensemos que la historia se repite a si misma constantemente, que el progreso humano es una quimera, que los hombres están condenados a tropezar con las mismas piedras por siempre pese a todos los ilusorios "avances" de la tecnología y si por revolución entendemos un giro entero de la absurda rueca de la historia, pues entonces sí, los de la Plaza del Sol son revolucionarios, y también Chávez, faltaba más. Una vuelta más de Sisifo. El eterno retorno de lo idéntico, que nos enseño el inmortal maestro Nietzsche.
No es que se menosprecie la importancia de que un sector del insatisfecho e indignado electorado español se manifieste por las plazas de España, ni que deje de ser interesante el fenómeno mediatico de "unidos por el internet", ni que todas las propuestas del movimiento sean deleznables (por ejemplo, España ciertamente necesita una reforma electoral que deje de sobrerepresentar a los grandes partidos nacionales y a los nacionalistas y le de entrada a nuevas expresiones políticas de tamaño medio), pero lo que es irrisorio es que se pretenda decirnos que la democracia empieza justo ahora y gracias a este presuntamente impoluto despertar ciudadano. Como lo publicó hoy mismo Lluis Bassets En un estupendo artículo de El País: "La respuesta está bien sintetizada: la democracia real, una forma adjetiva de la democracia que denuncia lo que ahora echamos en falta. No sirve la democracia directa, bellísima en la utopía y en la idealización del ágora griega, pero coartada para la dictadura (véase la república asamblearia de Gadafi). Tampoco la democracia popular que, cuando existió, indicaba exactamente lo contrario: dictadura de un pequeño grupo de burócratas. La democracia real denuncia la idea de una democracia de ficción o virtual, que ya no es efectiva. Pero sería peligroso que toda democracia fuera tachada de ficticia y que se propugnara una democracia arcangélica cuya esencia y sistema de funcionamiento nadie conoce". Y sigue más adelante: "La democracia real es la que tenemos. No hay otra. El sueño debe ser que funcione y que funcione bien, a satisfacción, si no de todos, de cuantos más mejor. Para cambiarla solo hay un método: no se conoce otro. Como dice el tópico, el menos malo de todos los sistemas, aunque se halle en crisis. Se trata precisamente de la democracia representativa: escogemos de vez en cuando a unos representantes que se organizan en partidos para gobernar y legislar. Debemos elegirlos con más tiento y someterlos a mayor control y escrutinio, en vez de dejarlos sueltos, es verdad. Pero ellos son los que pueden cambiar esas cosas que no nos gustan: la ley electoral, las primarias, los impuestos, el Estado de bienestar. Para que lo puedan hacer, finalmente, hay que votarles."
Ese aburrido, imperfecto y limitado sistema que llamamos democracia no ha nacido con el internet y no ha visto la luz gracias a los anulistas. Cierto que hoy, como ayer, los medios modernos de comunicacón pueden coadyuvar a democtratizar la información y a servir como amplificadores de la libertad de expresión, pero también pude convertirse, si no se tiene cuidado, en un instrumento de manipulación como lo ha sido, por ejemplo, la televisión. Bien por que se proteste yse demande a los políticos, pero no caigamos en la insensatez de anunciar candidamente la alborada del "hombre nuevo internetiano" o de la "nueva verdadera democracia" .
Se vale estar indignados, y se vale exigir que España mejore su sistema de representación, que sin duda tiene deficiencias, pero este país, como el resto de Europa, tiene altas tasas de desempleo y bajos índices de crecimiento económico porque han padecido Estados bienestar demasiado onerosos. Que ahora se propongan nacionalizaciones y gastos públicos exhorbitantes no harían sino precisamente exacerbar los problemas que tienen en el paro y el la indignación a estos jóvenes. Por eso afirmo que, en el fondo, son unos reaccionarios.
No es que se menosprecie la importancia de que un sector del insatisfecho e indignado electorado español se manifieste por las plazas de España, ni que deje de ser interesante el fenómeno mediatico de "unidos por el internet", ni que todas las propuestas del movimiento sean deleznables (por ejemplo, España ciertamente necesita una reforma electoral que deje de sobrerepresentar a los grandes partidos nacionales y a los nacionalistas y le de entrada a nuevas expresiones políticas de tamaño medio), pero lo que es irrisorio es que se pretenda decirnos que la democracia empieza justo ahora y gracias a este presuntamente impoluto despertar ciudadano. Como lo publicó hoy mismo Lluis Bassets En un estupendo artículo de El País: "La respuesta está bien sintetizada: la democracia real, una forma adjetiva de la democracia que denuncia lo que ahora echamos en falta. No sirve la democracia directa, bellísima en la utopía y en la idealización del ágora griega, pero coartada para la dictadura (véase la república asamblearia de Gadafi). Tampoco la democracia popular que, cuando existió, indicaba exactamente lo contrario: dictadura de un pequeño grupo de burócratas. La democracia real denuncia la idea de una democracia de ficción o virtual, que ya no es efectiva. Pero sería peligroso que toda democracia fuera tachada de ficticia y que se propugnara una democracia arcangélica cuya esencia y sistema de funcionamiento nadie conoce". Y sigue más adelante: "La democracia real es la que tenemos. No hay otra. El sueño debe ser que funcione y que funcione bien, a satisfacción, si no de todos, de cuantos más mejor. Para cambiarla solo hay un método: no se conoce otro. Como dice el tópico, el menos malo de todos los sistemas, aunque se halle en crisis. Se trata precisamente de la democracia representativa: escogemos de vez en cuando a unos representantes que se organizan en partidos para gobernar y legislar. Debemos elegirlos con más tiento y someterlos a mayor control y escrutinio, en vez de dejarlos sueltos, es verdad. Pero ellos son los que pueden cambiar esas cosas que no nos gustan: la ley electoral, las primarias, los impuestos, el Estado de bienestar. Para que lo puedan hacer, finalmente, hay que votarles."
Ese aburrido, imperfecto y limitado sistema que llamamos democracia no ha nacido con el internet y no ha visto la luz gracias a los anulistas. Cierto que hoy, como ayer, los medios modernos de comunicacón pueden coadyuvar a democtratizar la información y a servir como amplificadores de la libertad de expresión, pero también pude convertirse, si no se tiene cuidado, en un instrumento de manipulación como lo ha sido, por ejemplo, la televisión. Bien por que se proteste yse demande a los políticos, pero no caigamos en la insensatez de anunciar candidamente la alborada del "hombre nuevo internetiano" o de la "nueva verdadera democracia" .
Se vale estar indignados, y se vale exigir que España mejore su sistema de representación, que sin duda tiene deficiencias, pero este país, como el resto de Europa, tiene altas tasas de desempleo y bajos índices de crecimiento económico porque han padecido Estados bienestar demasiado onerosos. Que ahora se propongan nacionalizaciones y gastos públicos exhorbitantes no harían sino precisamente exacerbar los problemas que tienen en el paro y el la indignación a estos jóvenes. Por eso afirmo que, en el fondo, son unos reaccionarios.
1 comentario:
DEMOCRACIA REAL “YA”. Para los políticos de la partidocracia, de izquierda o derecha, la alta tasa de desempleo de la juventud no representa ningún problema; cuánto mayor reparto de la pobreza, mayor sumisión al poder (estatal o económico). Perfeccionemos la democracia __abrogando la partidocracia que utilizan los vividores del estado para enriquecerse y perpetuarse en el poder cabildeando oscuros intereses__ e implantemos la autogestión legislativa a través de los organismos intermedios de la sociedad, a fin de que sean las propias organizaciones sociales las que promuevan las leyes que beneficien los legítimos intereses del pueblo Español, y acaben con los privilegios de los potentados. HTTP://WWW.SCRIBD.COM/DOC/34007753/LA-AUTOGESTIO-LEGISLATIVA
Publicar un comentario